Una ubicación inmejorable

La estancia fue bastante agradable. Me encantó que el hotel estaba a solo unos minutos a pie de la estación de tren Friedrichstraße, lo que facilitó el acceso a todos los puntos turísticos. A menudo regresábamos al hotel durante el día para descansar antes de continuar explorando. Además, el desayuno era variado y delicioso, con una buena selección de frutas y cereales. La atención del personal fue siempre perfecta, siempre dispuestos a ayudar.

Sin embargo, tuve algunos inconvenientes con la conexión Wi-Fi, que fue inconsistente y dificultó la planificación de mis días. La ducha también era un poco ajustada, lo que provocó que me sintiera un poco incómodo algunas veces. Además, durante los días más cálidos, el aire acondicionado no parecía suficiente, así que pasamos un par de noches un poco calurosas.

la verdad, pensé que iba a recibir un trato especial, pero en vez de eso, el chico de recepción parecía estar en sus peores días y el ascensor averiado fue un verdadero martirio. después de todo, solo un regalito de bienvenida podría haber mejorado la experiencia. Por casi escribir una buena reseña, pero justo no pude.

La ubicación junto a la embajada te hace sentir seguro, y la habitación tiene una taquilla para tu equipaje previo al check-in. Me encantó que el ambiente fuera tan tranquilo, se descansa de maravilla.

me sentí inmediatamente como en casa, no me puedo quejar

La ubicación del hotel es excelente. Estábamos a solo unas cuadras de muchas atracciones populares, como el Museo de Pérgamo, y la cercanía a la estación de tren facilitó mucho nuestros desplazamientos. había varias cafeterías y supermercados a la vuelta de la esquina, lo cual fue muy práctico para la familia. Las habitaciones eran luminosas y acogedoras, con camas cómodas, lo que ayudó a que todos tuviéramos un buen descanso después de un día de exploración.

La limpieza de las habitaciones no fue diaria, lo que puede ser un inconveniente para algunos, aunque a nosotros no nos afectó.

Fue una opción perfecta para una estancia corta en Berlín con un buen precio teniendo en cuenta la calidad. La cama era muy cómoda, lo que hizo que descansara genial. Asegúrate de preguntar sobre el uso del frigorífico en la habitación para tener tus bebidas frías.

Estuve tres noches y me encantó la separación del WC y la ducha en la habitación, además de la opción de consigna gratuita. ¡Todo muy nuevo y agradable!

El wifi funcionó bien y la cama era muy cómoda. Ascensor fuera de servicio.

El desayuno era un festín digno de un rey, desde croissants recién horneados hasta un surtido de zumos orgánicos que ni el mejor gourmet podría resistir. Después de esa experiencia, podría haberme sentado ahí toda la mañana, haciéndome pasar por crítico culinario.

Baño incómodo

Impecable ubicación y vistas chulas

La ubicación es brutal, todo a la mano. Me paseé por Unter den Linden y llegué a la puerta de Brandenburgo caminando. Las habitaciones tienen ventanales enormes, lo que te deja disfrutar de las vistas. Aunque el baño podría ser más amplio, a veces se sentía un poco apretado. El servicio del personal, siempre al 100%.

La habitación era un poco pequeña y no había mucho espacio para las maletas. Aunque las camas eran cómodas y se podía descansar bien. La limpieza diaria dejó un poco que desear, ya que no cambiaron las sábanas durante nuestra estancia. La separación del baño en inodoro y ducha resultó práctica, pero en general, el espacio era algo justo.

buena estancia, pero el baño podía mejorar

La habitación era muy limpia, con un ambiente tranquilo que facilitaba un buen descanso. La ubicación es excelente, con supermercados y cafeterías a la vuelta de la esquina, lo que hizo nuestra estancia aún más cómoda. Además, el sistema de calefacción funcionó perfectamente, manteniéndonos cálidos en todo momento.

El baño tenía una distribución incómoda, ya que el lavabo no estaba separado del inodoro, lo que resultaba un poco molesto.

La ubicación es perfecta para visitar sitios como el Reichstag, todo a pie. Sin embargo, el ascensor estuvo averiado un par de días, lo que fue incómodo.

Recomiendo para una escapada romántica

La gente super amable, el lujo de tener un frigo en la habitación, y una botella de vino de cortesía a la llegada eso fue un buen toque justo para empezar la noche. Además, la habitación era espaciosa, era perfecto para relajarnos después de un día explorando.

No era barato, pero aún aceptable.

La habitación era limpia y correcta, aunque un poco pequeña, cumplía con lo necesario. La ubicación es excelente, cerca del barrio judío y a un corto paseo de la Isla de los Museos. Hay varios restaurantes en los alrededores que son prácticos para cenar después de un día explorando.

El ascensor estuvo averiado durante dos días, obligándonos a subir y bajar 80 escalones, un verdadero reto para los que no estamos en forma. La distribución del baño es extraña. el inodoro tiene puerta, pero el lavabo no, lo que resulta incómodo. Además, no había calefacción suficiente. se sentía frío a través de la ventana en invierno, aunque con un buen abrigo no es un problema insalvable.